Todos los vídeos de Draw Curiosity están subtitulados en español e inglés. Este blog extiende los conceptos presentados en el vídeo.
Una amiga mía me envió esta foto el otro día, lo cual me recordó a una grabación que capturé en 2014 de un abejorro echando un chorro similar a cámara lenta. Es una acción que hacen de manera frecuente, pero esta ocasión fue una en donde capturé el proceso entero.
La fisiología de los insectos es a la par fascinante y rara, ya que sus cuerpos son completamente diferentes a los nuestros. Por ejemplo, en lugar de un sistema circulatorio compuesto por arterias, venas y capilares como los nuestros, su sangre, la hemolinfa, fluye libremente en su cuerpo, y es bombeado por varios corazones en cadena. Tampoco tienen pulmones, sino espiráculos, agujeros que recubren la superficie de sus cuerpos y a través de los cuales pasa aire que se difunde directamente en los tejidos. Esta manera de respirar pone un límite funcional en los insectos – un insecto no puede medir más de 3cm en cualquiera de sus dimensiones, la razón por la que la mayoría de los insectos son pequeños, pocos insectos son realmente gordos, y aquellos que son inusualmente largos en una dimensión, son muy delgados en el resto (por ejemplo, los insectos palo).
Aunque antes se pensaba que los espiráculos eran un sistema pasivo, muchos insectos tienen un control muscular activo sobre ellos, y pueden elegir cuando los abren y los cierran. Suelen cerrarlos para prevenir la pérdida de agua, ya que la desecación es un problema cuando eres de pequeño tamaño – de manera parecida a los estomas en las hojas. Sin embargo, en el caso de los abejorros, que necesitan ingerir su peso corporal en néctar para poder volar, su dieta contiene demasiada agua de la que realmente necesitan, y el cual deben expulsar con su chorro de alta presión.
En 1984, Bertsch publicó «Foraging in male bumblebees (Bombus lucorum L.): maximizing energy or minimizing water load?», el cual hizo el excelente trabajo de abordar el problema de cómo los abejorros metabolizan el agua, sus límites de ingestión de agua y cómo esto afecta su comportamiento según si son sociales (las hembras obreras y las reinas), o solitarios (los machos).
Es particularmente interesante, porque contradice lo que esperamos del «Optimal Foraging Theory», que asume que todos los animales buscan maximizar la energía que consumen y minimizar el tiempo que tardan en consumirla. Especialmente cuando eres pequeño y vuelas, es prioritario asegurarse de que ingieras suficiente energía todos los días, de lo contrario es posible que no sobrevivas la noche. Sin embargo, este estudio nos sirve para demostrar que los modelos pueden ser demasiado simples a veces, y habitualmente, los comportamientos de los animales suelen ser el resultado de compensar distintas prioridades – y en este caso se trata de la cantidad de agua ingerida y la energía derivada del néctar para volar.
Interesantemente, Bertsch nunca presenció los abejorros echando chorros en vivo, ya que es un proceso muy rápido, pero sí vieron el resultado final (si alguna vez has tenido una colmena de abejorros, sabrás a lo que me refiero). Y aquí está mi pasaje favorito de la publicación de Bertsch:
¡Y con esto os dejo y nos vemos en la próxima! Que tiene un 50% de probabilidades de ser de un tema relacionado – prometo que es pura coincidencia.
Espero que hayas disfrutado este post y hayas aprendido algo nuevo hoy. Me encantaría saber qué pensáis acerca de este tema, ¡así que sentiros libres de expresaros en los comentarios! Si disfrutaste de este blog y quieres ser notificado de nuevas entradas, puedes suscribirte al mailing list aquí y subscribirte al canal de YouTube!